miércoles, 25 de enero de 2017

¿Defraudamos a la ciencia?


            En esta entrada dedicada al fraude científico voy a hacer alusión brevemente a un caso de fraude en materia de medicina, ya que en el ámbito del Derecho no me ha sido posible encontrar ninguno (aunque delitos de fraudes, actualmente, hay unos cuantos, pero no son científicos). Dejando el humor a un lado y, centrándonos en el tema, mi tesis trata la responsabilidad penal en el ámbito sanitario, por lo que he decidido exponer este caso de fraude que cometió en 1970, William T. Summerlin.

            Este médico especialista en el campo del trasplante de órganos se convirtió en una celebridad como consecuencia de un experimento que realizo, y que consistió en lo siguiente: trasplantó piel humana de persona de raza blanca a un paciente de color sin mostrar rechazo aparente.

            William T. Summerlin se trasladó al prestigioso Instituto Sloan Kettering, donde en 1974 injertó piel de la espalda de dos ratones negros en dos albinos. Su técnica para evitar el rechazo consistía en cultivar la piel en un plato de nutrientes durante semanas antes del trasplante.

            A la hora de mostrar los resultados, Summerlin observó con horror que la piel injertada se estaba blanqueando, signo de que las cosas no iban bien. De forma impulsiva, ¡oscureció la piel injertada con un rotulador!

            Al descubrirse lo que había hecho, tanto su reputación, como su carrera quedaron destruidas.

            Este caso de fraude lo veo muy relacionado con uno de los temas a leer sobre PUBLICACIÓN DE RESULTADOS NEGATIVOS, este médico en vez de decidir ser honesto y contar que sus resultados no habían sido los esperados; optó por falsear e intentar engañar a la ciencia “pintando con rotulador la piel blanquecina de los ratones”.

            Es cierto, que existe una resistencia por parte de los científicos a publicar sus resultados negativos; pero sin embargo, no somos conscientes que ello, también tiene su lado positivo. La publicación de dichos resultados y su conocimiento por el resto del gremio de científicos permite optimizar el tiempo y, se considera positivo para toda la comunidad científica; de hecho, hay revistas que se ocupan de ello como la “The All Results Journals”.

            Y es que si sólo se publicasen los resultados negativos, tal y como menciona Ben Goldacre en su charla, se ofrece una IMAGEN SESGADA DE LA VERDAD científica, que en el caso de la medicina puede tener consecuencias desastrosas, tal y como él expone.

            Exponiendo el tema del fraude científico de forma más general, y no únicamente ciñéndome a la publicación de los resultados negativos, me gustaría destacar una serie de ideas o reflexiones.

            En el mundo y la sociedad de hoy en día opino que nos esforzamos por ser siempre mejor que los demás, tenemos esa competitividad innata, que a veces, hace que, por ejemplo, en el mundo de la ciencia, caigamos en el FRAUDE. La ciencia se ha convertido en una carrera, en la que se trata de conseguir mayor prestigio y posibilidades de ascenso, lo cual se consigue mediante publicaciones, en las cuales se cometen fraudes de mayor o menor calado, pero no nos engañemos todos son FRAUDES.

            Otra de las reflexiones fruto de la lectura de los textos, es que veo necesario que se forme a los becarios o doctorandos en epistemología y metodología de la investigación, para evitar que los fraudes sigan proliferando. Y cuando haya fraudes no busquemos el culpable “más fácil” al que echar las culpas (valga la redundancia), el becario. Sino que busquemos responsables, y que los científicos que tutorizaban a este becario, sean igual de responsables que este último.


            Para terminar me gustaría destacar que una cosa es mala praxis y otra, muy distinta, PLAGIAR, porque el plagio es un engaño. Y plagiar es apropiarse de las horas de trabajo de otro investigador, es como, y llevándomelo a mí terreno, hurtar o robar la propiedad intelectual de este otro compañero.

1 comentario:

  1. Al final hablas de plagio, seguramente el formato de fraude cient´ifico m´as habitual en derecho, a diferencia del caso de la medicina (por ejemplo) donde pueden darse m´as cosas como inventar resultados (aunque sea con rotulador). Si no recuerdo mal, el Rector plagiador que est´a en los medios con tanta frecuencia estos d´ias es jurista.
    Excelente entrada!
    Ah, y yo tambi´en coincido en que un curso espec´ifico sobre epistemolog´ia, incluso ´etica, ser´ian estupendos. Mientras nos hemos de apañar con el breve apunte de este curso ;-)

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