lunes, 30 de enero de 2017

"Lo que no se mide, no se puede mejorar"


            En esta entrada, en cuyo título se hace referencia a unas palabras de William Thomson, tenemos que dedicar nuestra reflexión al sistema ciencia-tecnología-sociedad, entendiendo el mismo, como un conjunto de elementos interrelacionados entre sí.

            En un artículo publicado en el “Mundo científico” Ángel Pestaña lo define como:

“Conjunto estructurado de recursos y actividades relacionadas con la producción y difusión del conocimiento científico y su incorporación a los procesos de producción de bienes y servicios”.



Respecto a los distintos aspectos de la investigación, me voy a centrar en la investigación denominada “BÁSICA” que es la que realizamos los doctorados, y la que se ejecuta en las universidades.

  En España esta investigación se encuentra bastante desarrollada, y es, a través de los estudios de las siguientes instituciones, donde se evalúan los datos, que nos permiten llegar a esta conclusión. Instituciones como, por ejemplo, el observatorio de I+D+i de la FECYT que ayuda a entender, rendir cuentas y avanzar de forma planificada en la mejora del Sistema Español de Ciencia, Tecnología, y Empresa (SECTE), o ICONO que surge de la necesidad de medir la evolución de los indicadores relacionados con ciencia e innovación que permita aportar datos objetivos sobre la evolución del modelo productivo hacia una economía innovadora.

Sin embargo, el sistema español de ciencia y técnica adolece de una articulación defectuosa entre dichas actividades de investigación básica y las actividades de desarrollo, lo cual lleva a un predominio de la Investigación sobre el Desarrollo, en el binomio, de sobra conocido, I +D. Binomio al que, en los últimos años, se ha incluido una nueva letra, la i, quedando de la siguiente forma:

I + D + i  =  Investigación + Desarrollo + innovación

Respecto al resto de la investigación atendiendo a la Base de Datos del ISI, el cual se ha convertido en el estándar internacional para medir la producción científica, se calcula que España podría alcanzar la media europea, en el año 2020/2040.



Finalmente, haciendo referencia al informe de FECYT sobre la cultura científica y la percepción social de la ciencia, las conclusiones que me gustaría destacar son: la imagen positiva que los ciudadanos españoles tienen de la ciencia y de la tecnología, como base para un desarrollo económico-social del país, así como la creciente curiosidad acerca de dichas materias, que les lleva a buscar sobre determinados temas en Internet, ya que destacan que los medios de comunicación muestran poca atención a la información científica. Y, por último, prefieren que el esfuerzo investigador se centre en el ámbito médico, concretamente, en la cura o lucha contra enfermedades que afectan gravemente a nuestra sociedad. Lo cual, muy a mi pesar, ya que yo me dedico al Derecho, es perfectamente entendible, ya que la salud es en la mayoría de las personas lo primordial, para, posteriormente, poder atender a otros ámbitos de la vida en sociedad.






1 comentario:

  1. Es interesante el estudio de la FECYT sobre la percepción social de la ciencia. Yo creo que esa percepción está llena de estereotipos, seguro que pocos de los encuestados incluirían a los juristas en su imagen mental de científicos a la hora de contestar... y como hemos comentado a menudo en este curso, deberían.

    Buen trabajo!

    ResponderEliminar